“Homem de preto,qual é sua missão?
É invadir favela
E deixar corpo no chão.
“Você sabe quem eu sou?
Sou o maldito cão de guerra.
Sou treinado para matar.
Mesmo que custe minha vida,
A missão será cumplida,
seja ela onde for
- espalhando a violencia, a morte e o terror.*
Hoy la atención mediática en Brasil se centra en la discusión de la película Tropa de Elite dirigida por José Padilla, y estelarizado por Wagner Moura. La razón, es la cinta más vista en la historia del cine brasileño, más de un millón de personas la han visto en las salas de cine y se estima que más de 11 millones lo han hecho a través de copias piratas del DVD. La historia retrata con sumo realismo la batalla cotidiana que este grupo especial de la policía carioca enfrenta en contra los traficantes de drogas acuartelados en las favelas citadinas. La película ha generado reacciones encontradas por la manera de exponer de forma cruda la realidad de Río de Janeiro. En ella la policía es retratada como corrupta, pero muestra también a una parte de ella, a los miembros del BOPE**, como honestos e incorruptibles, dispuestos a todo para salvaguardar el honor y cumplir siempre con su misión: acabar con los narcotraficantes, quienes no son vistos de manera romántica, como víctimas de un sistema social injusto, sino como responsables del mismo. 
Es aquí donde la película plantea interrogantes serias al espectador. En una de las escenas más dramáticas, el BOPE incursiona en una favela, dispara y mata aun narcotraficante, el usuario de drogas que le acompaña, es interrogado para saber quién lo mató. Mediante tortura –colocándole una bolsa plástica para asfixiarlo- niega saber quien asesinó al narcotraficante, a pesar de que sabe que fueron los propios policías, la tortura continúa hasta que confiesa al comandante del grupo que fueron ellos, el propio BOPE. Como respuesta, el capitán Nascimento –Wagner Moura– le increpa y lo corrige, no fue la policía, no fue el BOPE, fue él con su adicción a las drogas quien lo mató. Es aquí donde viene el primer postulado del filme: Hay narcotraficantes porque existen usuarios, y cada vez que alguien se fuma un cigarro de mariguana o inhala su dosis de cocaína deja muertos en un lugar distinto a donde se intoxica y hace uso de su derecho a la libertad. La segunda gran cuestión es que son precisamente aquellos, quienes hacen marchas por la paz, quienes desde sus ONG´s que se asientan en las favelas, quienes discutiendo a Michel Foucault en las universidades, son los responsables de la violencia, con su hipocresía y su adicción a las drogas son quienes perpetúan la ampliación del narcotráfico. Finalmente una tercera cuestión, es el uso indiscriminado de la fuerza como método policial, es una guerra donde no se toman prisioneros, y la tortura es un medio natural de obtener información y que antecede a la muerte, si los delincuentes no tienen escrúpulos, los policías tampoco. ¿Pero qué opinan los espectadores del filme? De acuerdo con la revista Veja, quien realizó un sondeo junto con el Instituto Vox Populi, 8 de cada diez considera que la existencia de narcotraficantes es por culpa de los usuarios de drogas. Al 94% le gustó la película, 79% dice que la policía es como la muestra el filme, 72% considera que la narcotraficantes deben ser tratados como en la película y 51% señalan que la tortura es un medio aceptable para obtener confesiones de un delincuente. 
Implicaciones para el debate en México
Al margen de que ver esta película será una tarea obligada cuando llegue a nuestras salas de cine, la ficción planteada por Tropa de Elite, es un anticipo de la discusión pendiente en nuestro país: 1) El narcotráfico como eje de la discusión nacional; 2) El debate sobre el papel de los usuarios de drogas como corresponsables y no como víctimas; 3) El uso de la fuerza policial sin restricción alguna y; 4) Un ambiente social de justificación y normalización de la violencia.
* Canto de Guerra del BOPE, tomado del libro Elite da Tropa de Luiz Eduardo Soares, ANdré Batista y Rodrigo Pimentel, Editorial Objetiva, Rio de Janeiro, 2005.
Es aquí donde la película plantea interrogantes serias al espectador. En una de las escenas más dramáticas, el BOPE incursiona en una favela, dispara y mata aun narcotraficante, el usuario de drogas que le acompaña, es interrogado para saber quién lo mató. Mediante tortura –colocándole una bolsa plástica para asfixiarlo- niega saber quien asesinó al narcotraficante, a pesar de que sabe que fueron los propios policías, la tortura continúa hasta que confiesa al comandante del grupo que fueron ellos, el propio BOPE. Como respuesta, el capitán Nascimento –Wagner Moura– le increpa y lo corrige, no fue la policía, no fue el BOPE, fue él con su adicción a las drogas quien lo mató. Es aquí donde viene el primer postulado del filme: Hay narcotraficantes porque existen usuarios, y cada vez que alguien se fuma un cigarro de mariguana o inhala su dosis de cocaína deja muertos en un lugar distinto a donde se intoxica y hace uso de su derecho a la libertad. La segunda gran cuestión es que son precisamente aquellos, quienes hacen marchas por la paz, quienes desde sus ONG´s que se asientan en las favelas, quienes discutiendo a Michel Foucault en las universidades, son los responsables de la violencia, con su hipocresía y su adicción a las drogas son quienes perpetúan la ampliación del narcotráfico. Finalmente una tercera cuestión, es el uso indiscriminado de la fuerza como método policial, es una guerra donde no se toman prisioneros, y la tortura es un medio natural de obtener información y que antecede a la muerte, si los delincuentes no tienen escrúpulos, los policías tampoco. ¿Pero qué opinan los espectadores del filme? De acuerdo con la revista Veja, quien realizó un sondeo junto con el Instituto Vox Populi, 8 de cada diez considera que la existencia de narcotraficantes es por culpa de los usuarios de drogas. Al 94% le gustó la película, 79% dice que la policía es como la muestra el filme, 72% considera que la narcotraficantes deben ser tratados como en la película y 51% señalan que la tortura es un medio aceptable para obtener confesiones de un delincuente. 
Implicaciones para el debate en México
Al margen de que ver esta película será una tarea obligada cuando llegue a nuestras salas de cine, la ficción planteada por Tropa de Elite, es un anticipo de la discusión pendiente en nuestro país: 1) El narcotráfico como eje de la discusión nacional; 2) El debate sobre el papel de los usuarios de drogas como corresponsables y no como víctimas; 3) El uso de la fuerza policial sin restricción alguna y; 4) Un ambiente social de justificación y normalización de la violencia.
* Canto de Guerra del BOPE, tomado del libro Elite da Tropa de Luiz Eduardo Soares, ANdré Batista y Rodrigo Pimentel, Editorial Objetiva, Rio de Janeiro, 2005.**Batalhão de Operações Policiais Especiais - Tropa de Elite da PMERJ (Polícia Militar do Estado do Rio de Janeiro (Batallón de Operaciones Policiales Especiales de la Policía Militar del Estado de Río de Janeiro,) fue creada con su nombre actual en 1991. Liga al trailer oficial de la película:
Liga al grupo Tihuana con el video de Tropa de Elite:
