El Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (ICESI) aprovechando la experiencia de la serie de Encuestas Nacionales sobre Inseguridad, iniciada en 2002 y continuada hasta su edición más reciente (ENSI-5) con datos de 2008, ha generado un “Índice Nacional de Inseguridad” (INIS) que considera es de fundamental importancia para establecer una línea base que permita a gobierno y sociedad avanzar en el monitoreo, seguimiento y evaluación de programas y acciones que se realicen con el propósito de reducir los niveles de inseguridad.
Al construir el INIS se diseñó un indicador con las menos variables posibles, con el propósito de mantener simplicidad y transparencia en futuras mediciones, integrando información cuantitativa sólida e irrefutable que dé cuenta de los niveles de inseguridad que prevalecen en México y que permita también establecer comparaciones entre entidades. Un índice es una medida que resume información de varias variables. En ese sentido no tiene una explicación directa, como un promedio o un porcentaje que da determinada respuesta, por lo que se debe entender en el contexto de los factores que consideró, una línea de base, y la comparación de distintas mediciones, como pueden ser las correspondientes a entidades, o las que se logren a lo largo del tiempo. Hay que advertir también que los índices no son únicos ni explican la totalidad de un fenómeno: simplemente resumen información. El índice del termómetro del delito del ICESI se basa en delitos del fuero común, por lo que no incluye delitos del fuero federal.
A los interesados en conocer la metodología precisa con la que se construyó el índice recomendamos consultar los anexos de este cuaderno. A quienes además tienen interés en reflexionar sobre algunas explicaciones posibles de cómo interpretar los resultados que se derivan del diagnóstico general o del índice en particular, los invitamos a leer la tercera parte: inseguridad y oportunidad delictiva donde, desde una perspectiva criminológica se discuten algunos modelos de interpretación que pueden derivar en soluciones de política pública y, más que discutir sobre resultados, comenzar a actuar sobre los problemas que generan la inseguridad.